Ponemos a remojar el pan en leche y picamos la cebolla, los dos dientes de ajo y el perejil muy fino.
Pelamos y cortamos en trozos pequeños los tomates. Pochamos una cebolla en una sartén a fuego bajo con aceite de oliva virgen extra y reservamos.
En un bol grande mezclamos la carne picada con la cebolla pochada, el huevo, el perejil, un diente de ajo, la miga de pan escurrida, sal y pimienta.
Dejamos reposar la mezcla unas horas en la nevera o incluso de un día para otro. Esto hará que la carne quede más jugosa y con más sabor.
Pasado el tiempo de reposo, formamos bolas medianas con las manos y las enharinamos. En una sartén con aceite de oliva freímos las albóndigas durante 2-3 minutos y vamos dándoles la vuelta con cuidado de que no se peguen.
Reservamos.
Para la salsa de tomate, pochamos una cebolla. Cuando esté transparente añadimos un ajo picado y sofreímos un minuto más. Añadimos el tomate y las dos hojas de laurel.
Sofreímos durante 10 minutos a fuego bajo, añadimos las albóndigas y las dejamos 10 minutos más, removiendo de vez en cuando. Listo para servir.